Dispositivos específicos

Recientemente han comenzado a aparecer en el mercado varios dispositivos basados en una nueva tecnología denominada tinta electrónica. La tinta electrónica es radicalmente diferente al TFT que llevan los ordenadores y las PDAs, y se basa en, mediante inducción magnética, adherir a la pantalla bolitas microscópicas que son negras por un lado y blancas por el otro. Con la inducción magnética se consigue que la bolita se pegue por un lado o por el otro, consiguiendo un micro punto negro o blanco, o atravesado, consiguiendo un punto gris. Esta nueva tecnología tiene algunas diferencias sorprendentes con la de las pantallas TFT, que son a las que estamos acostumbrados.


La más importante es que sólo consume energía al pasar la página, de modo que la autonomía de los dispositivos es de varias semanas de lectura. La segunda es que se consiguen resoluciones mucho más altas, similares en experiencia de lectura a la de los libros de papel y que pueden leerse en exteriores.

Analizaré el Sony Portable Reader System, que es el que conozco de primera mano, y luego hablaremos de otros dispositivos similares.

Resolución (7): 167 ppp, perfecta para una lectura normal, pero deficiente con letras pequeñas.
Contraste (7): Perfecto en exteriores; en interiores no está mal pero aún puede mejorar.
Tamaño de pantalla (10): unas 6”, ideal; similar a un libro de bolsillo.
Tipo / Tamaño de letra (10): totalmente configurable.
Peso (5): 255 gramos. Un poco pesado para leer en la cama.
Anotaciones (2): No permite anotaciones; sólo señalar páginas.
Autonomía y método de carga (7): Una carga completa permite pasar 2700 páginas; sin uso la carga se agota en dos o tres semanas, debido a que en reposo consume algo para mantener la RAM. Se carga vía USB o con un adaptador.
Capacidad de almacenamiento (10): Virtualmente infinita mediante el uso de tarjetas SD. También dispone de una memoria interna con capacidad para unos 120 libros.
Precio (8): 300$
Precio y disponibilidad de libros (8): Igual que en las PDAs, disponemos de muchos libros de libre distribución y de procedimientos para conseguir copias privadas de libros, así como libros clásicos que ya son de dominio público. Como complemento, Sony ha puesto en el mercado más de 10.000 libros en un formato propietario del lector. De momento sólo en inglés.
Apertura–formatos admitidos (9): Aparte de un formato propietario de Sony, en el que se distribuyen los libros comprados, admite RTF, TXT y PDF, este último sin redimensionar, lo que plantea algunos problemas. He leído que OpenOffice incorporará lectura de PDFs en su próxima versión, de modo que la exportación a RTF será sencilla. RTF (Rich Text Format) es un formato no propietario al que podemos exportar cualquier texto en Word u Open Document Format (ODF) con OpenOffice.
Apertura–carga de libros (8): Es posible cargar los libros a una tarjeta de memoria o enchufando el aparato al ordenador. Lamentablemente Sony, que ha utilizado linux como sistema operativo del PRS, sólo da versión para Windows del software para cargar los libros y comprar en la tienda. Por suerte la comunidad ha desarrollado un programa que incluso supera al de Sony en funcionalidades, denominado libprs500.
Texto/ilustraciones en color (0): No.
Disponibilidad (4): No se vende fuera del Estados Unidos, ni siquiera por Internet, aunque he encontrado algún vericueto. Atención, nuestra amable aduana española cargará unos 60€ adicionales al producto (supongo que para que no compita con los productos “nacionales”). El interfaz está en inglés.
Otros usos (1): Reproductor de mp3. No lo he usado en mi vida.

Nota media ponderada: 7,1

El PRS tiene dos pequeños inconvenientes inherentes (de momento) a la tecnología de tinta electrónica: (a) cuando pasamos página la reconfiguración toma entre 0,5 y 1 segundo, y (b) en algunas circunstancias se aprecia una pequeña “sombra” de la página anterior, como si se transparentase. Personalmente no me parecen molestos estos problemas, pero hay personas a las que les puede parecer un inconveniente. El tiempo de encendido es un aspecto importante, y en este aparato se ha cuidado mucho (quizá a costa de la autonomía, ya que como comentaba hay un cierto desgaste de las baterías aun cuando no se usa lector); es del orden de 4 segundos.

Otros dispositivos de tinta electrónica:

Amazon Kindle: la prueba de que el mercado del libro electrónico empieza a estar maduro es que Amazon haya entrado en él. Los aspectos reseñables del kindle frente al PRS de Sony son:

* Es cerrado; sólo se pueden adquirir los libros en Amazon, y se descargan vía conexión de telefonía móvil. Como no se comercializa en España, no hay posibilidad de comprar libros. Así que olvídelo.
* El diseño de los controles para pasar página tiene un aspecto más ergonómico que en el PRS. Parece una tontería, pero el paso de página se usa hasta la saciedad, así que mientras más cómodo, mejor.
* Permite anotaciones con un pequeño teclado.

Hanlin: el V3 es una “copia” china del PRS. Las diferencias con el PRS es que el Hanlin tiene bastante más memoria y pesa un poco menos, aunque es un poco más grueso. El precio, el mismo que el PRS: 300$. Hanlin tiene otros modelos, el V8, que añade la posibilidad de anotaciones, y el descomunal V9, que aún no está en el mercado y parece ser una copia del Iliad, que veremos más adelante.

Papyre: recientemente puesto a la venta y fabricado por una empresa española, es muy similar a los anteriores, aunque algo más caro: 350€. La ventaja es que se puede comprar en España. Parece una alternativa bastante interesante. Esperen… ¿español? ¡Si no es más que el Hanlin V3, traducido! Bien, como todos sabemos, en España la innovación tecnológica está de capa caída. Compruébenlo.

Iliad. Aquí sí tenemos un dispositivo diferente y mucho más potente, aunque más caro y, aún peor, más pesado. Más que para leer parece estar pensado para estudiar. Como diferencias llamativas con el PRS tenemos que la pantalla es de 8”, aunque mantiene la resolución de 160 ppp, y que permite anotaciones. Además lleva conectividad wifi incluida. No admite el formato RTF, pero es abierto, admitiendo PDF, TXT y HTML y mobipocket, que es cerrado pero bastante estándar en la distribución de libros comerciales. Un uso interesantísimo de este aparato es como libro de notas (.com). Sin embargo, el precio es desorbitado: 650€.

Cybook Gen3: Un dispositivo interesante por su bajo peso (174 gramos frente a los 250 del PRS). Es más caro que el PRS (350€) y fabricado en Francia, lo que se nota en su aspecto y usabilidad. El tiempo de encendido es de unos 20 segundos.

5) En resumen…

La tinta electrónica parece ser el camino adecuado para construir dispositivos que sustituyan al libro de papel, aunque los aparatos aún deben mejorar en algunos aspectos, como son el peso, la capacidad de presentación en color y la resolución.

El libro en papel en el futuro será algo así como los discos de vinilo; aunque, al menos como “objeto de adorno” no desaparecerá, está abocado a convertirse en un producto carísimo y minoritario, prácticamente artesanal. Cuando se cree el dispositivo adecuado quizá veamos una explosión de ventas similar a la de los mp3, y como consecuencia una transformación del mercado a velocidad de vértigo. Aunque hay una diferencia fundamental con respecto a la música: la gente, en general, oye música, pero no lee, y un libro no leído por lo menos adorna y es ostentación de “cultura”.

Negroponte dijo, en 1996, que en un mundo digital es más importante la información sobre la información que la información misma. En el mundo de la literatura es previsible que termine sucediendo como en el de la música: la cultura estará disponible de manera gratuita distribuida por los autores o por las fundaciones, o podrá ser descargada amparándose en el derecho de copia privada, si es que no acaban con él. Pero ante tal oferta descomunal, ¿qué leer? Ese es el papel de las recomendaciones: críticos tradicionales, redes sociales o herramientas técnicas tendrán que ayudarnos a encontrar agujas en los pajares.

Porque no olviden que el libro no es el soporte, sino el contenido, y con el cambio social en el que nos encontramos, la propia naturaleza de los procesos culturales está cambiando de raíz, aunque sea para volver, en parte, a modelos de siglos anteriores al XX. El creador vuelve a ser creador por necesidad, no por mercado, ¿volverán los libros a ser cultura y no productos? Ojalá sea así.